domingo, 25 de noviembre de 2018

Pseudo - Actualización

Ahora bien se me ocurren dos cuestiones, tan fundamentales que tratan de afirmar el trabajo este. 1) Que un producto mental puede determinar un cambio microbiológico, en la química del órgano, de su función etc. Considerando a su vez que lo mental no se desprende de lo social, del ambiente natural, político, histórico y corporal. 2) Entonces que lo corporal también crea condiciones de pensamiento, de acción, de sensación, en definitiva de una particularidad, singularidad, personalidad, subjetividad y subjetivación. Lo mental sería una instancia de eso corporal que analiza la situación externa, análisis cuyas veces no es del lado de la conciencia, pero si de la percepción. Por ello la apelación a Charles Sanders Pierce, por dos cuestiones: Principalmente en este trabajo por la percepción inconsciente de los datos y por ser el primero de hablar de umbrales de sensibilidad, pero ópticos. Entonces la actividad de relación con el afuera del cuerpo no es tan reflexiva como se intenta exponer en anteriores trabajos, o paradigmas o referencias epistemológicas. Hay una aprehensión que configura al humano, un más allá de las informaciones que apuntan a la conciencia, tal vez más potente. Me preocupa lo que los medios masivos pueden llegar a crear en su afán exclusiva de venta, hay un más que no está contemplado pero que no deja de tener sus efectos. De igual manera en cualquier encuentro está esta instancia de toma de inconsciencia (para jugar con los términos). En los gestos, en las posturas, en las temperaturas, en los reojos y sonidos guturales. Lo segundo de Pierce es la semiótica, lo tripartito de su abordaje el objeto, el signo y el interpretante. Y los Umbrales de sensibilidad son por dos cosas: primeramente en, tal vez en un sentido no tan usual, la posibilidad de sentir, de percibir, recibir estos datos inconscientes . Ya que no todos pueden asir tales cuestiones, percibir de un modo consciente pero no para gobernarlas, domarlas, dominarlas sino para que se hagan parte del que le llegan estos datos. Pensemos a la Conciencia-inconsciencia como una traza, un rayo atmosférico que asciende, porque como sabemos los rayos parten del suelo, no caen. Igualmente puede pensarse de lo inconsciente o consciente. Que lo inconsciente desciende o son formaciones que alguna vez fueron conciente y luego por el tiempo han sido olvidados, reprimidos o cambiados en su representación, pero a lo que queremos llegar es que las formaciones conscientes son por estas tomas fugaces de la realidad alterada (por lo alteridad-altero-otredad-otros). Y la otra parte de los umbrales es que también y lo más importante es la cuestión del dolor. La clínica de la inclinación y la del clima van en este sentido de la aproximación al dolor de la/s otra/s persona/s, los pongo en plural ya que un grupo puede también afectado terriblemente por una situación; una comunidad por una situación catastrófica o aberrante. Es decir estar dolidos, la percepción de este dolor o de los dolores: dolo, pérdidas, heridas, lazos quebrados, ahogos existenciales.
Entonces lo que nos queda es mover-nos los umbrales para sentir lo que está ocurriendo con quien tenemos al frente, umbrales que van en detrimento o en aumento depende de cada quien. Ya que unos pueden tener demasiada sensibilidad y le duele el mundo, tanto que no puede hacer nada. Todo le afecta, una hipersensibilidad existencial, una susceptibilidad caracterial. Ó en el otro polo en el que nada le afecta, una dureza y frialdad emocional, tal vez una perversión al adaptarse tranquilamente a lo que sucede y no emitir nada desde la distancia cómoda en la que está. En una lógica matemática inferencial podemos decir que en definitiva o el común denominador es que nada se hace ante lo que sucede. Entonces el intento de lucha en contra de las inhibiciones iría por el camino indicado. Inhibiciones en positivo o en negativo, por mucho o por poco. Tampoco y ojalá que no, quiero llegar a un estado normal, armónico, total o ideal o para precisar imponer un estado general, al que todos lleguen por que es lo que yo propongo. No, no. Lo que interesa es el caso, las singularidades aglomeradas, precisas concretas. En este instante recuerdo a Spinoza, él que proponía que cada quien tiene un algún objeto especifico o idea adecuada que lo potencia, aumenta sus grados de potencia, de poder ser afectado y en cierta manera le permite obrar, hacer, alegrar, vivir. Y otros que no, los inespecíficos inadecuadas que afectan pero que no son los indicados, para el cuerpo, entonces le producen un efecto contrario tristeza, remordimiento, odio, angustia por lo tanto lo inhiben. Volviendo a lo que sería nuestra tarea iría en ese camino de explorar que es lo que puede hacer mover los umbrales, ante qué actuar o ante qué inhibirse una cierta propiedad y especificidad de las situaciones. Además no debemos apelar a una ética superuniversal sino a la que está conectada con lo social, con lo que reprime, entristece, lo que ahoga, coarta las libertades y alegrías de vivir; la angustia, el dolor y la muerte están a la vuelta de la esquina. Por favor esto no es pesimista, es la aceptación de la finitud de la vida, por ello no negarlo sino de hacerlo parte de nosotros. Como relataba Castañeda en su viaje Ixtlan, le decía Don Juan: Tu muerte siempre está contigo, basta con mirar rápido sobre tu hombro y la verás correrse. Ella espera siempre el momento indicado para llevarte. Debes aprender a mirarla a los ojos y saber cuando será tu hora, entonces sabrás que hacer. Nuestra tarea y deseo del analista es la vida. No en un sentido general, rosa y bonito, sino en su sentido concreto: hambre, drogas, suicidios, violaciones, injusticias, culpabilizaciones, depresiones. Se me ha ocurrido que la referencia a la Reflexología tendría un aporte mutuo. Recuerdo que sin intención tomé el modelo de Arco Reflejo: Estímulo-Órgano receptor-zona Referente nerviosa (núcleos nerviosos)-Órgano músculo aferente. Pero esto es solamente tópico, es decir, refiere a la especificidad de los estímulos: Un estímulo->Un órgano-músculo. Por aquí, si lo tomamos como tales, entraríamos en los inconvenientes y críticas que le han a la Reflexología y al conductismo: atomismo, determinismo, linealidad filogenético, etc. Si bien estas perspectivas apuntan a lo concreto, lo que se observa es talante y sonante a la vez obvia toda singularidad, acercamiento individuado y las particularidades de los casos. Sin embargo no deja de tener su riqueza, ya que lo que ahora pretendo es entrar en análisis a través del cuerpo; no como un todo ordenado o que busca la armonía, sino por sus fragmentaciones vitales alejadas de la unidad, del yo, de la personalidad del ser. En su fragmentación orgánica, relacional, psíquica y política-histórica. Aquí, lo que quería introducir es esto último: el tiempo. En dos puntos. 1. Agregar o extraer del nervismo los tiempos del modelo “Arco reflejo”. Momento receptivo – Momento æfectivo – Momento de aferencia. Esto huye de la especificad del estímulo y del órgano poniéndolo o queriéndolo llevar a la deviniencia. Un dato, una información, un discurso, palabras, imágenes, gestos en cada quien puede ser tomado de un modo distinto. La respuesta es tal vez en ese punto que se obviaba o se tenía por supuesto: los núcleos nerviosos referentes – el momento æfectivo – y los Umbrales de sensibilidad. Al ser gradientes variables implican las vivencias, experiencias, recuerdos, percepciones particulares. Todos los tenemos, pero varían según cada quien. Entonces 2. EL tiempo personalizado, la historia singular y sobre todo política conectada con el cuerpo. Recuerdo a Foucault acercando el Nervismo de Pavlov con el problema de las condiciones de existencia. En el alienado había núcleos exitatorio-facilitadores ó núcleos inhibitorios. “El enfermo mental y la personalidad”. Hay una causalidad de alienación que no va o se adecua solamente a perspectivas fenomenistas, conductistas, vitalistas o psicoanalistas. Ya que en general ninguna proponía la imbricación del afuera del hombre, que toda su fuerza o su impotencia esta también en el exterior del hombre. La dosificación que recibimos del estado actual de las cosas nos hace que lo más aberrante sea nada, nada tiene sentido, todo es igual y sin importancia. Reza el perverso: lo que es del otro es del otro Yo me sigo resguardando en el cómodo lugar en el que quiero estar. Poco a poco vamos perdiendo el candor por las cosas de este mundo, del mundo, de la vida en todas sus manifestaciones hasta las especies volátiles (pero si experimentales) más bellas: la libertad y el amor.