domingo, 2 de agosto de 2009

Cuerpo-neurona

Es el cuerpo siempre al acecho. Por ello de este juego, y no, junto a la esperanza de que se puede hacer algo para salir de ese lugar que muchas veces caemos y nos pone mal, nos angustia o estamos en una ansiedad innecesaria. Las energías para ello no necesariamente parten de la nada, no son extrínsecas o intrínsecas sino del borde, del límite, lo que cada da y lo que nos viene del afuera. El cuerpo es la presentación social de lo que somos o devenimos. El cuerpo es pensamiento y el pensamiento es cuerpo, se corporiza, en nosotros o toma forma, a la vez los pensamientos son muy difíciles de realizarlos sin un algo: una mano que escribe, un pie en la senda, el rostro de otra persona. Y recordemos que no solo somos pensamiento y motilidad, nuestros afectos y percepciones están co-jugados en cada acción y reacción. Entonces no solo somos amebas agintadas, reaccionando ante el medio, sino que tenemos historia, hemos sido historizados, estados a la vez en contacto con un tiempo y espacio concretos, con sus movimientos y descargas sobre las personas. Nos movemos según determinadas condiciones, buscamos determinadas objetivos en base a donde estamos. A la vez esta concretez o determinación no es estática, dura o inquebrantable, sino que tiene o buscamos modos alternativos de vivir si es que la realidad parece aplastarnos, sofocarnos o agotar la forma de vivir. La existencia al estar pendiente de algo tan fino como hebra de telaraña, nos dispone a fortalecer nuestros lazos, nuestras conexiones con gente y organismos nuevos que nos puedan ayudar, que tienen algo para decir o no pero que nos dan soporte. Esto lo podemos ver en las posturas de las personas los respaldados o los despaldados: problemas o no en la postura. Es decir que lo social y lo colectivo queda prendado en lo corporal. Todo esto fue pensado solo en los movimientos neuronales