lunes, 7 de marzo de 2011

Umbrales y Memoria

“El olvido hace posible la acción” Edita Mombiela

¿Qué sería la memoria desde la Comportamentéstica? Obviamente que la memoria pareciera ser una función o facultad totalmente psíquica o mental, depende de la perspectiva claro; pero aún así creo que hay que hacer una revisión de las concepciones o paradigmas vigentes.
¿Cómo serían compatibles entonces la memoria y el olvido sobre la acción? ¿y los umbrales de sensibilidad donde entran? Si ponemos hincapié en que los umbrales tienen una historia, su continum, es decir, que tienen su construcción temporal, analicemos o analizaremos qué puede alguien, en base a sus posibilidades de sentir, de ser afectado. Que, a cada quien se le ha inculcado, predispuesto, enrutado en la forma de ser, de actuar, de percibir lo que acontece. Algunas veces, por ello la importancia del análisis, la memoria o la historia pueden tornarse totalmente rígidas, o cerradas por lo que perseveran en al forma de recibir las cosas. Si apuntamos a que la posibilidad de acción esta en la apertura de los sentidos, percepciones de las cosas, de los afectos que se desplazan en el aire, un cuerpo cerrado puede difícilmente actuar para salir del estado en que se encuentra.
La memoria tiene dos aspectos que se pueden tomar en cuanto a la acción. Uno puede promover la acción y otro que inhibe. El pasado puede ser potenciador o una carga pesada que nos impide el movimiento. Ya que los caminos fijos, los circuitos petrificados, las vías duras de acción pueden ser heredadas, perpetuándolas bajo preceptos antiguos y de diferentes formas con el fin de estatizar las cosas, una moral histórica que presiona sobre determinados puntos impidiendo de este modo el acceso de determinadas cosas. La ponderada tradición puede llegar a ser inhibidora ya que sólo permite hacer lo que se hacía anteriormente. El punto es que hay cosas que no funcionan actualmente, una especie de negación del movimiento, de la dinámica de la vida misma, de la rueda de la vida, por lo que no puede tomarse las cosas como se hacía antes. En este punto es que el olvido es el mejor de los movimientos para la acción. Olvido, como borramiento y en positivo para la acción, no negación de lo anterior sino suspensión, ya que lo anterior tal vez no funcione ahora, ello no le quita que pudiese funcionar posteriormente. Por lo que se lee hay un acercamiento al pragmatismo, lo que funciona que funcione, lo que no, dejarlo a un lado. Puede ser… pero no hay un fin único, el todo por el todo. Justamente el olvido es acompañado de la ética más que de la moral. Si el pasado (tomando como en abstracto tanto historia o como memoria, veremos más adelante estos puntos) en este momento nos ahoga, que hay que hacer las cosas por que sí, llegadas al absurdo o a la positividad misma del poder, como coacción, un camino deviene: olvidarse, desterrarlo de nosotros abandonar la tradición, no enfrentarse a ella, sino mirar hacia otro lado, buscar alternativas, otros modos de hacer las cosas.
Como anunciábamos arriba la historia-memoria puede tener a la vez su faz potenciadora. Resulta que las alternativas que se nos presentan y presentifican tampoco no sacan o ayudan a encarar la situación ansiolítica o angustiante por la que atravesamos, lo actual no nos permite ver la salida, el camino, el futuro. Una recurrencia al pasado nos ayuda a salir del paso, pero no es nuestro pasado, sino el de otro. Lo que en otro (tanto temporal como regional) funcionó nos puede ayudar a nosotros hoy para mañana. O también en nuestra propia historia lo que en algún momento nos fue útil o nos fue exitoso puede palear la situación: apuntamos entonces a los recursos. No podemos ser crueles con nuestra historia, ya que tenemos puntos de resistencia, de lucha, de triunfo ante las adversidades.

Historia y memoria
La historia, y disculpen el fascismo, nunca va a ser objetiva. La historiografía que sería el punto mas objetivo de la historia como método y desprendimiento en calidad de disciplina o ciencia, busca escritos de un hecho en particular o datos materiales separados de los relatos y vicisitudes de lo que alguien puede haber captado de ese hecho en particular. Pero he aquí que lo que se captó, se registró, también fue hecho por humanos, por más que haya tratado de ser lo más objetivo posible, relatado lejos de toda emoción, prejuicio o concepto anterior, su forma de percibir las cosas tiene o tenía ya un matiz particular. Lo que entra en un cuadro paradojal ya que quien hizo registro, tiene su historia particular, atravesado por un tiempo y lugar especifico la forma de decir, de ver, de sentir las cosas en cierta manera estaba determinado, más no cerrado, pero sí guiado. La persona, pertenece a un campo social determinado, caracterizado con ciertos matices
En definitiva lo que se puede hacer y esto no va en contra de la historia, es una construcción de la historia. En esta construcción de la historia, si se puede seguir remitiendo a la historiografía, usarla como método o como recurso. Pero la tarea no termina ahí, ya que la construcción es compleja y se utilizan diferentes componentes. El relato, los cuentos, los mitos y fantasías son también parte de la objetividad. Un bello entramado de acontecimientos es nuestra historia, es también continua e inacabada, siempre conectada con otro evento y con otro y otro…
El punto en cuestión y apelando a la base con que abordamos esta temática (umbrales de sensibilidad potenciales de acción: Corpotamentéstica), es que si es valido hablar y hacer una diferenciación entre memoria e historia. Incluso podríamos hacer una traspolación de términos: Historia singular y memoria colectiva. Que más que dichos cotidianos y de los medios masivos de comunicación, son conceptos que tienen su importancia, y en la práctica tienen un peso operativo. Hay una complementariedad y fusión que tienen tanto la historia y la memoria. Funciones de respaldo de la vida, marcas del pasado para el futuro desplegándose en el presente.
Una de las fuentes de la Comportamentéstica es la historia. (Y esta es una parte histórica de esta propuesta). El concepto resiliencia no termina de convencer. Se sabe que actualmente ha despegado de la acepción inicial con el cual surgió y que se ha desarrollado en ámbitos sociales y sobre todo vulnerables. Pero hete aquí que se antepone ante una situación paradójica: Se trabaja poco ó casi nada el ambiente (sea físico, geográfico como relacional, vincular, social, etc.) ya que lo que se propone con el concepto de resiliencia es que el sujeto pese a las circunstancias desfavorables va a encontrar salidas saludables, o sea que es en él donde están las respuestas.
La historia afecta a la fisiología